viernes, 26 de junio de 2009
Asegurémonos de no repetir los malos ejemplos de la historia
La ley de la Naturaleza es una fuerza que nos impulsa a alcanzar la interacción total y volvernos una parte integral de Ella. Nos influye gradualmente, en la medida de nuestro desarrollo, utilizando la recompensa y castigo para guiarnos como un juez o un maestro inteligente. Esta ley es estricta y no tiene piedad de nosotros, como un juez severo, y no deberíamos olvidar esto.
Sin embargo, aún no percibimos que tenemos que cumplir con esta ley - la ley de interacción entre nosotros, o la ley de garantía mutua. Todavía no se nos ha colocado frente a la disyuntiva de que cualquiera que no observe la ley será sentenciado a muerte.
Sin embargo, la historia nos da un ejemplo sencillo que todos entendemos: el Holocausto que sufrió el pueblo judío. Este proceso empezó su evolución lentamente, y la gente hubiera podido cambiar, transformando así la situación. Esto es, pudieron haber logrado la corrección estudiando la ciencia de la Cabalá. De hecho, los cabalistas invitaron al pueblo a hacerlo incluso antes de que iniciara la segunda guerra mundial.
Desde arriba se proporcionaron a las personas todas las condiciones para la corrección, pero no las siguieron consciente y correctamente. Y es por esto que la ley empezó a actuar rigurosamente, como un volcán que hace erupción., Y afectó a todos hasta que las cumplieron al pie de la letra.
Deberíamos detenernos a pensar que la historia podría repetirse.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario