martes, 2 de junio de 2009

Una lección para todos los que tienen mala suerte


El egoísmo ha alcanzado su máximo desarrollo a nivel individual y los egoísmos individuales han empezado a unirse. Por eso es que las personas han empezado a revelar su interconexión e interdependencia. Esta es una lección para todos los que tienen mala suerte: si sus deseos y pensamientos están enfocados en el bienestar común, entonces triunfarán en todo lo que hagan.


La receta para el éxito es hacer todo lo que pueda para otorgar a los demás. Esto significa que sólo conserva lo que es necesario para llevar una vida normal. Para un negocio, “trabajar para otorgar” quiere decir que la única ganancia que guarda es la cantidad necesaria para cubrir los gastos. Así es como la gente debe calcular el precio de venta de los bienes y servicios. Nadie debe obtener una ganancia que “se queda guardada” en la cuenta bancaria.

Este enfoque es totalmente opuesto a lo que sucede hoy en día. Sin embargo, hacia el final de la crisis, todos pasarán a este sistema. Ni un solo negocio podrá operar en forma distinta.

Se debe a que todo lo que uno recibe en exceso de lo que necesita es una violación a su equilibrio con la Naturaleza. Para estar en equilibrio, una persona debe consumir tanto como sea necesario para existir, igual que cualquier animal. El sufrimiento que siente la gente y la explicación de la Cabalá a la razón del sufrimiento, ayudará a la gente a comprender que la mejor forma de vivir es sirviendo a los demás, de la misma forma que lo hacen las células, los órganos y las partes del organismo.

De una forma u otra, la Naturaleza (el Creador) prevalecerá. Esto puede suceder por la fuerza, mediante nuestro sufrimiento, o voluntariamente al comprender, porque la gente tendrá que darse cuenta que tienen que obedecer a la Naturaleza y su ley de armonía.

Tan pronto empecemos a cooperar con la Naturaleza, nos empezará a tratar de otra manera y nuestra condición cambiará. De pronto tendremos suficiente agua, alimentos y lo que todos necesitemos.

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