El egoísmo puede forzarnos a la extinción

Un grupo de 6 personas arrestadas por incendios en el oeste de Arizona incluye a cuatro bomberos” Cuatro bomberos y otras dos personas fueron arrestados bajo sospecha de provocar entre 15 a 20 incendios en el oeste de Arizona y de ganar dinero luchando contra los fuegos que encendieron, dijeron oficiales el martes.


Mi comentario: El egoísmo obliga a las personas a dañar a los demás de cualquier manera posible para su propio beneficio. Lo mismo puede decirse de los doctores y otras personas que fabrican alimentos de relleno, medicamentos inútiles o dañinos, etc. Nuestra sociedad está estructura de tal forma que puede utilizar a las personas de cualquier manera posible. En lugar de, “Todo para las personas, todo para su beneficio”, lo que tenemos es, “Todo para mi propio beneficio, todo para dañar a la gente” (con lo que se perjudica tanto a aquellos que lo hacen como a quienes se lo hacen).


En las noticias (del Instituto Max Planck para Investigación Demográfica, Rostock, Alemania): “¿Una persistente fertilidad a la baja amenaza el futuro de las poblaciones europeas?” Muchos europeos dan por sentado tres estilizados hechos demográficos:

Primero, las tasas de natalidad son muy bajas y siguen cayendo. Segundo, la reducida fertilidad inevitablemente va a provocar el envejecimiento y el declive de la población en el futuro. Tercero, estas tendencias son insostenibles a largo plazo… Tal vez nadie ha resumido los temores de una Europa que se comprime de manera tan sucinta como el Papa Benedicto XVI: “… el problema de Europa, que parece ya no quiere tener hijos, ha penetrado en mi alma. A los extranjeros esta Europa les parece agotada, ciertamente parece que desea despedirse de su historia” (El Vaticano 2006).


Mi comentario: El egoísmo no necesita a nadie, quiere sentirse especial y único. Lo mismo sucederá a todos los países a medida que se desarrolle el egoísmo de su población. Pero el surgimiento del atributo de otorgamiento y amor en las personas naturalmente les hará desear tener niños para continuar con su especie.